Diabetes en México podría poner en crisis al sistema de salud
Durante el simposio “México bajo emergencia epidemiológica”, el rector del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), Jaime Federico Andrade Villanueva, señaló que la diabetes es una enfermedad altamente prevalente en nuestro país, con impactos y estragos que pueden colapsar al sistema de salud por el número de pacientes y lo que representa su diagnóstico, retención y adherencia al tratamiento.
Junto a este este padecimiento, las enfermedades crónicas degenerativas, se deben definir estrategias denominadas cascadas de la atención, que surgen a partir de políticas públicas que logren detener su avance a largo plazo.
En noviembre de 2016, la Secretaria de Salud federal emitió una alerta epidemiológica a la diabetes mellitus en México.
La investigadora del CUCS, Esperanza Martínez Abundis, señaló que al menos 11.5 millones de personas la padecen, de las cuales 13 por ciento de los pacientes diagnosticados con la enfermedad, no reciben tratamiento.
De acuerdo con Martínez Abundis, la Federación Internacional de Diabetes, indicó que en 2015 existían 438 millones con diabetes y de continuar la tendencia actual, en 2040 serían 642 millones.
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“Sin embargo, si vemos las predicciones en 2010, en sus investigaciones, la federación dijo que para el año 2030 íbamos a tener 430 millones, cifra que ya tenemos en este momento”.
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016 (Ensanut), señala que el 9.4 por ciento de los individuos encuestados tienen diabetes
La investigadora lamentó que el 46 por ciento de los pacientes no toman las medidas preventivas recomendadas para el control de la diabetes, ya que apenas dos por ciento deja de fumar, sólo seis por ciento se toma continuamente la presión arterial y únicamente 15 por ciento se realiza periódicamente exámenes de colesterol y triglicéridos.
Fundación Carlos Slim, a través del modelo integral CASALUD busca solucionar los retos más apremiantes en materia de Salud Pública en México identificando de manera oportuna enfermedades crónicas no transmisibles como: diabetes, hipertensión arterial, obesidad y cáncer. A través de la reingeniería de los servicios en los centros de salud de primer contacto.
Mediante el desarrollo de la Medición Integrada para la Detección Oportuna (MIDO®), se ha establecido un protocolo de tamizaje de cinco factores de riesgo: peso, presión arterial, glucosa, colesterol y función renal. Para determinar el estado físico de las personas e identificar si padecen alguna enfermedad no transmisible.