Terremoto de 1985: 31 años de un doloroso recuerdo
A esta hora hace 31 años la capital del país estaba destruida. La mayoría de los edificios del Centro Histórico de la Ciudad de México, se habían venido abajo. A temprana hora, un terremoto de magnitud 8.1 grados Richter, sorprendería a sus habitantes durante dos fatídicos minutos.
Terminado el sismo, los capitalinos se encontraron con un escenario dantesco: desolación, muerte, dolor, tristeza, miedo y zozobra. La situación era crítica, al interior de los edificios de más de 20 pisos que se habían reducido a escombros retorcidos, se encontraban sus inquilinos. Cerca de 30 mil estructuras presentaron daños totales y 68 mil daños parciales.
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Entre los edificios más importantes que se vinieron abajo estaban el edificio Nuevo León del Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco; los edificios A1, B2 y C3 del Multifamiliar Juárez; Televicentro (hoy Televisa Chapultepec), los Televiteatros (hoy Centro Cultural Telmex); los Hoteles Regis (ahora Plaza de la Solidaridad); el Hospital Juárez, Hospital General y el Centro Médico Nacional.
Un día después, el 20 de septiembre se presentaría una réplica de gran magnitud que terminaría por derrumbar finalmente aquellas estructuras que habían sido reblandecidas en el primer sismo.
El número exacto de víctimas es una cifra que aún se desconoce. Las estimaciones oficiales del Registro Civil de la Ciudad de México, señalan 12,843 personas, sin embargo, el total de los edificios colapsados y el recuento de los daños hacen cuestionar ese número.
Una de las historias más sorprendentes fue la de Porfirio Callejas, empleado de mantenimiento, quien se encontraba pintando la antena de la Torre, por lo que le tocó vivir el terremoto desde el punto más alto de la ciudad, aferrado a la antena que se movía de un lado a otro.
• Alrededor de 4 mil las personas rescatadas de entre los escombros, algunos diez días después del sismo.
• 152 edificios fueron demolidos después del sismo debido a los daños que sufrieron.
• Se calcula que el terremoto de 1985, equivale la energía liberada de 30 bombas atómicas como la que destruyó Hiroshima en 1945.
Han transcurrido más de tres décadas y hemos aprendido valiosas lecciones sobre cómo prepararnos ante un evento de similares magnitudes. Se modificaron los lineamientos y reglamentos de construcción en México y poco a poco cambió la cultura cívica y de protección civil.
Cada 19 de septiembre, se lleva a cabo un simulacro en la Ciudad de México, para reforzar la cultura de prevención ante estos fenómenos naturales.