El Pensador y los nueve círculos del infierno
La idea original de El Pensador fue representar al poeta Dante Alighieri, autor de La Divina Comedia, considerada una obra maestra de la literatura universal.
“Por mí se va a la ciudad del llanto; por mí se va al eterno dolor; por mí se va hacia la raza condenada; la justicia animó a mi sublime arquitecto; me hizo la divina potestad, la suprema sabiduría y el primer amor. Antes que yo no hubo nada creado, a excepción de lo eterno, y yo duro eternamente. ¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!” Fueron las palabras que Alighieri vio escritas en el dintel de la puerta que conducía a los nueve círculos del infierno.
El inicio del Canto Tercero de La Divina Comedia, sería la inspiración de Auguste Rodin para la creación de El Pensador. Se tenía contemplado que la escultura formará parte de una muestra de arte que interpretaría los diferentes personajes de la obra. Sin embargo la muestra nunca llegó a realizarse.
Rodin declararía:
“El pensador tiene una historia. En días ya lejanos, estaba ideando La Puerta del Infierno. Delante de esta Puerta, sentado en una roca, Dante, absorto en una meditación profunda, concebía el plan de su poema. Detrás de él estaban Ugolino, Francesca, Paolo, todos los personajes de la Divina Comedia. Este proyecto no se llevó a cabo. Delgado, ascético, envuelto en su rígido ropaje, mi Dante, separado del conjunto, no habría tenido sentido.
Siguiendo mi primera inspiración, ideé otro ‘pensador‘, un hombre desnudo, agachado sobre una roca, sobre la que se retuercen sus pies. Con el puño contra los dientes, está pensando. El pensamiento fecundo se elabora lentamente en su cerebro. No es en absoluto un soñador, es un creador. Hice mi propia estatua.”
La obra de Rodin yuxtapone lo estático de un cuerpo en reposo con el infinito movimiento del pensamiento humano. Con los años, la obra retomaría una increíble universalidad, todos querían una réplica de El Pensador, todos querían formar parte del pensamiento fecundo de la escultura.
En la Ciudad de México, el Museo Soumaya reúne el acervo más importante de Rodin fuera de Francia, desde sus primeras obras de influencia académica hasta sus piezas de géneros como el mitológico, el retrato y su propuesta de fragmentaciones del cuerpo. Asimismo, los monumentos Los burgueses de Calais y obras relacionadas con La puerta del Infierno: El pensador, El beso y Las tres sombras.
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