Nuevos biomarcadores contra enfermedades pulmonares
Un grupo de científicos de la Unidad Académica de Medicina Humana y Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAMHyCS UAZ), en coordinación con el Hospital General de Zacatecas, trabaja en la búsqueda de un perfil de expresión de enzimas con el fin de entender y ofrecer tratamientos para la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar, enfermedades inflamatorias y progresivas que obstruyen la respiración y que actualmente carecen de cura.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el médico neumólogo José Isaías Badillo Almaraz, líder de este proyecto, informó que el objetivo de este trabajo es conocer la expresión de las metaloproteasas, enzimas proinflamatorias que actúan durante la evolución de la bronquitis crónica y el enfisema pulmonar. El equipo de investigadores trabaja en este proyecto desde enero de 2017.
“Si entendemos mejor el proceso de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), constituida principalmente por bronquitis crónica y enfisema pulmonar, podremos buscar bloqueadores de las sustancias inflamatorias o de las células que las producen y proponerlas como métodos de cura —medicina—, ya que los tratamientos que existen actualmente sólo mejoran la calidad de vida y no representan una solución total para estos padecimientos”.
El también miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), explicó que las causas principales de la EPOC son fumar tabaco y la exposición a humos de biomasa. Indicó que en el medio rural los humos de biomasa son despedidos por la leña quemada y otros combustibles que se utilizan para la cocción de los alimentos; mientras que, en el medio urbano, el humo proviene principalmente del uso de vehículos que funcionan con combustibles fósiles, así como de la industria.
“Esto es uno de los problemas sociales y de salud que tenemos ya que más del 90 por ciento de los fallecimientos por EPOC se producen en países de ingresos medianos y bajos, donde las estrategias de prevención no siempre son accesibles para todos los enfermos. En esta línea de investigación, nuestro grupo ha culminado la etapa de recolección de muestras y hemos detectado algunos inhibidores de estas sustancias inflamatorias, incluyendo las cistatinas. Este ha sido el primer paso y ya visualizamos el siguiente”.
El doctor José Isaías Badillo expuso que para este estudio cuentan con la aprobación del Comité de Enseñanza e Investigación del Hospital General “Luz González Cosío” de Zacatecas. En esta primera etapa de investigación, el grupo ha recopilado 36 muestras de sangre de pacientes enfermos, que serán contrastadas con 36 muestras de personas sanas.
“Este procedimiento consiste en que una vez extraídas las muestras, se separa el suero, mismo que se somete a congelación. Hasta que hemos completado todas, las procesamos en una corrida con ayuda de reactivos para la óptima utilización de los recursos”.
José Isaías Badillo comentó que existen algunos artículos científicos en la literatura universal que exponen el perfil de expresión de las metaloproteasas en EPOC a nivel de ácido ribonucleico (ARN); sin embargo, en el estudio de estas moléculas con un enfoque proteico y como sustancias proinflamatorias en EPOC, el grupo de investigadores de la UAZ es pionero en México.
La doctora Margarita de la Luz Martínez Fierro, indicó que la EPOC tiene una evolución lenta y generalmente se hace evidente a partir de los 40 años de edad y que sus síntomas más frecuentes son dificultad para respirar, tos crónica, expectoración y, a medida que la enfermedad avanza, los esfuerzos para la realización de cualquier actividad son mayores.
“Los pacientes con EPOC sufren episodios cada vez más intensos que incluso pueden durar hasta semanas y pueden ser incapacitantes, al grado de requerir atención médica de urgencia e incluso hospitalización. La EPOC no tiene cura, por lo que el tratamiento está dirigido sólo a aliviar los síntomas y es por ello que es importante evaluar biomarcadores que permitan identificar a los pacientes en etapas tempranas de la enfermedad, contribuyan con el desarrollo de alternativas terapéuticas más eficientes a las actuales y sirvan como herramientas para la evaluación de la evolución de los pacientes”, expuso la también miembro nivel II, del SNI.
La doctora Margarita de la Luz Martínez explicó que el financiamiento de los reactivos para llevar a cabo la experimentación ha corrido por parte de la UAMHyCS de la UAZ; mientras que la infraestructura, correspondiente a un Bio-Plex 200, fue adquirida mediante apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que se obtuvo del fondo de infraestructura científica para equipar el Laboratorio de Medicina Molecular de la unidad referida.
“Las bondades que tiene este equipo es que mediante una cantidad mínima de muestra se pueden analizar todos los biomarcadores —que para este proyecto son nueve—, ya que en otros equipos cada biomarcador se tiene que analizar por separado y para ello habría que utilizar una mayor cantidad de sangre del paciente. Esta infraestructura, obtenida gracias al financiamiento de Conacyt, nos permite ser eficientes y obtener mayor información de este tipo de protocolos, ya que podemos analizar hasta 96 marcadores en una misma muestra”, expuso la también responsable del Laboratorio de Medicina Molecular, que es donde se realiza el proyecto.
El doctor José Isaías Badillo exteriorizó que existe una iniciativa global para clasificar las enfermedades pulmonares llamada GOLD, al igual que la academia a la que pertenece la American Thoracic Society (ATS).
“Esta clasificación funciona mediante una prueba llamada espirometría, en donde se miden los volúmenes y flujos respiratorios del paciente. Es el ‘estándar de oro’ para el diagnóstico. Los parámetros de medición van de acuerdo con el peso, edad, individuo, género, e inclusive grupo étnico, y va desde el GOLD cero al GOLD cuatro. Según estos parámetros respiratorios, la capacidad pulmonar va disminuyendo. En el cero están los pacientes que se encuentran en riesgo por su exposición a los humos, mientras que en el GOLD tres y cuatro se trata de pacientes en etapas avanzadas”.
Explicó que en la etapa de GOLD cuatro, las capacidades y flujos pulmonares del paciente están por debajo de 30 por ciento de lo normal. Reiteró que esta enfermedad es silenciosa, ya que se presenta sin sintomatología; pero hasta que el paciente se hace la espirometría ya tiene una clasificación sobre la presencia y grado de EPOC.
“Se trata de enfermedades inflamatorias que, aunque se manifiestan en el pulmón, hay más órganos que también son afectados, ya que las sustancias proinflamatorias se pasan a la sangre y pueden afectar al paciente en su organismo en general”.
José Isaías Badillo, quien también es miembro de la Sociedad Mexicana de Neumología y Cirugía de Tórax, expresó que afortunadamente no todos los fumadores desarrollan EPOC, cifra que representa entre 15 y 20 por ciento, al igual que las personas expuestas al humo de la biomasa; sin embargo, quienes la llegan a desarrollar, su calidad de vida se ve afectada, ya que además de tener dificultades para respirar, los tratamientos médicos son altamente costosos.
“Esto se puede considerar como un porcentaje bajo y, por lo tanto, no tan alarmante, el problema es que la atención médica de quienes desarrollan EPOC es muy costosa. Aún no hay estudios con respecto a la esperanza de vida, pero sí sabemos que hay una disminución importante”, finalizó.
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