La Batalla de Puebla y los temibles soldados argelinos
Al mediodía del 5 de mayo de 1862, daba comienzo uno de los enfrentamientos más recordadas por todos los mexicanos, la Batalla de Puebla. Han transcurrido 154 años desde aquel evento histórico que llenó de gloria a las fuerzas armadas de México al mando del general Ignacio Zaragoza.
Al no lograr un acuerdo entre el gobierno mexicano y los franceses para el pago de la deuda externa, daría comienzo la Segunda intervención francesa.
Cruenta lucha entre quienes se consideraban el mejor ejército del mundo conformado por más de 6 mil soldados, contra poco menos 5 mil hombres con escasa o nula experiencia en el combate. El ejército mexicano al mando de valientes líderes combatió con ferocidad contra los franceses, quienes apostaron gran parte de su fortaleza al regimiento conformado por aproximadamente mil 700 zuavos.
Se acierta al mencionar que México venció a los mejores soldados del mundo. Para el historiador Brian Pohanka, “los zuavos en su época, podrían ser considerados como los Boinas Verdes de nuestros días”.
¿Quiénes eran los zuavos y por qué el ejército francés les confiaba gran parte de su fuerza de combate en campo de batalla?
Este nombre se les otorgó a algunos regimientos franceses cuyos soldados eran originarios de Argelia. Proviene del francés zouave, que deriva a su vez de zwāwī que es el gentilicio de Zwāwa, la tribu que originariamente aportó los soldados.
En 1852 Napoleón III los integró a su ejército, participando en todas las campañas realizadas. Altamente disciplinados y agresivos, esta unidad de élite era experta en el combate cuerpo a cuerpo y en el uso de la bayoneta. Sus compatriotas los veneraban y sus enemigos les temían.
Durante la guerra de Crimea (1853–1856), cuando el coronel estadounidense George McClean los vio luchar en el sitio de Sebastpool, no dudó en calificarlos como ‘la mejor infantería de Europa’. Por su ferocidad también se les conoció como los “Chacales de Orán”.
En Veracruz, un testigo del desembarco francés escribió: “El aspecto marcial de los zuavos, todos fornidos y barbudos, con sus turbantes blancos, las chaquetillas azules y los pantalones rojos anchos como enaguas, tocando con sus clarines y tambores marchas que jamás habíamos oído, era impresionante.”
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A pesar de la reputación que les precedía y toda su experiencia en el campo de batalla, los zuavos no lograrían romper las filas del ejército mexicano, quienes con fusiles viejos, machetes e incluso hondas para lanzar piedras, conseguirían una de las victorias militares más importante para nuestro país.
Todavía recordamos las palabras del general Ignacio Zaragoza que dieron fuerzas y bríos a aquellos soldados que entregaron su vida por México:
“Hoy vais a pelear por un objeto sagrado: vais a pelear por la Patria… Nuestros enemigos son los primeros soldados del mundo; pero vosotros sois los primeros hijos de México y os quieren arrebatar vuestra Patria. Soldados: leo en vuestra frente la victoria”…
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