Día Mundial del Donante de Sangre

Con el tema “Dona sangre. Dona ahora. Dona a menudo”, la Organización Mundial de la Salud (OMS), lleva a cabo una campaña mundial para concientizar sobre la importancia de convertirse en donadores.

Este año, se ha puesto especial interés en las emergencias, desastres naturales y conflictos bélicos. De acuerdo con el organismo, en la última década los desastres han provocado más de 1 millón de víctimas mortales, mientras que las personas afectadas anualmente por emergencias superan los 250 millones.

Los desastres naturales, como terremotos, inundaciones y tormentas, conllevan necesidades considerables de atención médica de urgencia, mientras que destruyen con frecuencia instalaciones sanitarias vitales. Los desastres de origen humano, como accidentes de tránsito y conflictos armados, generan también una mayor demanda de atención de salud y necesidades de tratamiento inmediato.

Los principales objetivos para 2017 son:

  • Alentar a todas las personas a que contribuyan a que los servicios de salud de su comunidad estén preparados para una situación de emergencia donando sangre.
  • Implicar a las autoridades en el establecimiento de programas nacionales eficaces de donantes con capacidad para responder de inmediato a un aumento de la demanda de sangre durante emergencias.
  • Promover la inclusión de servicios de transfusión de sangre en actividades de preparación y respuesta ante emergencias nacionales.
  • Dar a conocer ampliamente entre la población la necesidad de comprometerse a donar durante todo el año, a fin de mantener reservas adecuadas y lograr la autosuficiencia en el suministro de sangre.
  • Homenajear y dar las gracias a las personas que donan sangre periódicamente y alentar a los jóvenes a que también sean donantes.
  • Promover la colaboración internacional y velar por la difusión y el consenso mundiales de los principios de donación voluntaria no remunerada, a la vez que se aumenta la inocuidad y disponibilidad de la sangre.

La sangre es un recurso importante en todos los tratamientos programados y en las intervenciones urgentes. Permite aumentar la esperanza y la calidad de vida de los pacientes con enfermedades potencialmente mortales y llevar a cabo procedimientos médicos y quirúrgicos complejos.

 

Vía: OMS