Aniversario de la muerte de Venustiano Carranza
Uno de los grandes hombres ilustres de la Revolución Mexicana fue Venustiano Carranza. Su capacidad militar e intelectual serían las bases del actual Estado de Derecho que norma nuestro estilo de vida.
Este 21 de mayo, se conmemora un año más del asesinato del entonces presidente de México, a manos de un grupo de hombres armados encabezado por Rodolfo Herrero.
Nació en Cuatro Ciénegas, Coahuila, el 29 de diciembre de 1859. Se desempeñó como político, militar y empresario mexicano que participó en la segunda etapa de la Revolución como jefe del Ejército Constitucionalista.
Pertenció a una prestigiada familia de la región, siendo su padre el coronel Jesús Carranza Neira. Militar de la causa republicana y ferviente admirador de Benito Juárez, en cuya figura educó a sus hijos.
Cuando en 1910 estalló la Revolución Mexicana, Venustiano Carranza se adhirió al maderismo.
En su lucha contra Victoriano Huerta, Carranza recibió el apoyo de otros líderes revolucionarios. En el norte contaba con la ayuda de Álvaro Obregón, Pablo González y Pancho Villa, mientras que en el sur otro revolucionario, Emiliano Zapata, iniciaba una lucha independiente.
La gestión de Carranza se caracterizó, en primer término, por los esfuerzos de pacificación del país, no del todo infructuosos. Ni Zapata ni Villa habían depuesto las armas, pero vieron muy rebajado su poder; el primero fue asesinado en 1919, y Villa no abandonó la lucha hasta 1920. Por otra parte, el gobierno de Carranza emprendió la reconstrucción de las infraestructuras devastadas por la guerra, promovió la reactivación de la economía e inició una tímida reforma agraria, con el reparto de doscientas mil hectáreas de tierra.
Su sucesor natural era el general Álvaro Obregón, pero, al aproximarse el relevo presidencial, Carranza cambió de idea y designó a un civil. La reacción no se hizo esperar. En 1920, Álvaro Obregón y los generales sonorenses Plutarco Elías Calles y Adolfo de la Huerta desconocieron, mediante el Plan de Agua Prieta, la autoridad presidencial. Carranza se sintió amenazado y decidió trasladar el gobierno a Veracruz, pero fue emboscado en Tlaxcalaltongo, Puebla, y asesinado.