Trabajo infantil una plaga que debe eliminarse: OIT

Hablar de trabajo infantil es hablar de los rezagos en materia de protección a los menores en todo el mundo. No hay excusa para que un niño o una niña tengan que olvidarse de su infancia y sus estudios para incorporarse al ámbito laboral.

Lamentablemente en pleno siglo XXI las cifras no son muy alentadoras, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo existen 168 millones de menores trabajando. Además, la mitad de ellos se encuentran realizando trabajos peligrosos que atentan directamente con su salud y formación.

En México, 2.5 millones de niños y niñas entre los 12 y los 17 años trabajan en vez de sólo estudiar. Y no sólo se limitan a las actividades laborales, el 49.1 por ciento de ellos, trabajan, estudian y realizan quehaceres domésticos, mientras que un 24.3 por ciento combina el trabajo con actividades domésticas sin estudiar.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en el año 2013 se tenía un registro de que nueve de cada 100 niños y adolescentes trabajaban.

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Las más recientes estimaciones nos indican que el principal sector donde hay trabajo infantil es el agropecuario, con el 30.5 por ciento. Es decir, trabajan en el campo, que no es precisamente la actividad más descansada, salubre, con prestaciones.

Ante los crecientes números la OIT ha considerado al trabajo infantil como una “plaga” que debe ser erradicada.

Para eliminar este fenómeno que lastima todas las sociedades, es necesaria la suma de esfuerzos de todos los sectores para que directa o indirectamente contribuyan al desarrollo de un mejor entorno para los menores que trabajan. Las denuncias y la pronta actuación de las autoridades para impartir justicia, son clave para inhibir en el presente y el futuro estos actos que lastiman la niñez de todo el mundo.

Crear programas que reconozcan la importancia de la educación para el desarrollo integral de una nación, es una de las misiones que debemos tener como sociedad. Es importante que todos tengamos las mismas oportunidades, que el acceso a la educación sea una necesidad básica para el Estado y para las familias.