La puerta del Infierno
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¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!”
¿Qué existe detrás de la puerta del infierno, qué podemos esperar de un umbral cuyo nombre nos indica el peor de los escenarios, quién o quiénes están detrás? Cruzar no es cuestión de valentía, “es necesario aquí dejar todo recelo; toda cobardía es necesaria que aquí muera”.
Cruzar por la puerta es el inicio de una de las travesías más leídas por la humanidad. El poeta Dante Alighieri en compañía de Virgilio, descendería por los círculos del infierno para encontrarse con los más grandes pecadores de la humanidad, donde son castigados eternamente con dolor y desesperación, donde la palabra esperanza está formada por nueve letras al igual que los nueve círculos y nada más.
“Hemos venido al lugar donde habríamos de ver a la gente adolorida, que ha perdido el bien del intelecto… Suspiros, llantos y grandes gritos resuenan en el aire sin estrellas... Lenguas diversas, horribles lenguarajos, palabras de dolor, acentos de ira, altivas y roncas voces, con puñadas”.
Auguste Rodin se inspiró principalmente en el momento justo en que Dante se encontró con la puerta del infierno que se relata en la Divina Comedia. Sin embargo, también existen muestras de inspiración del poeta Charles Baudelaire con su obra, Las flores del mal, así como en La Puerta del Paraíso, realizada por el italiano Roberto Ghiberti para el Baptisterio de Florencia.
La respuesta del artista es la creación de uno de los más emblemáticos monumentos escultóricos de finales del siglo XIX y principios del XX. El “inacabado” trabajo de su vida es el reflejo de los más de 200 elementos que se constituyen en seis metros de altura y cuatro de ancho.
Todas las pasiones, la belleza, el dolor, el gozo y la tragedia de la condición humana se encuentran aquí representados. Se expresa el drama humano. La torsión de los cuerpos, imagen del castigo eterno, revela la angustia del artista ante las pasiones y deseos que arrastran a los hombres.
Con el tiempo nacerían de forma independiente a la puerta, El Pensador que se encuentra en el dintel, Las Tres Sombras en el ático y El Beso, que por sí solas han conquistado espacios a lo largo de todo el planeta.
Actualmente son sólo ocho países en el mundo los que cuentan con un ejemplar de la majestuosa obra de Rodin. La última ha sido adquirida por el Museo Soumaya en el marco de la exposición La puerta del infierno y forma parte de un centenar de obras, entre ellas 14 yesos inéditos que fueron restaurados para la ocasión por especialistas nacionales y franceses.[:]
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