Juventud, divino tesoro
El poeta Rubén Darío, empezaría la primera estrofa de su poema Canción de Otoño en Primavera, de la siguiente manera: “Juventud, divino tesoro,/ ¡ya te vas para no volver!/ Cuando quiero llorar, no lloro…/ y a veces lloro sin querer…”.
Hoy 12 de agosto estamos celebrando el Día Internacional de la Juventud, y cual divino tesoro debemos apreciarla y tomarnos el tiempo de sembrar las bases para un mejor futuro.
Si el dicho popular dice que los niños son el futuro de la humanidad, entonces la juventud es el presente y como tal, está en sus manos transformar con sus ideas frescas e innovadoras aquellos viejos esquemas sociales que son un lastre para el progreso y bienestar de todas las personas.
Se piensa que ser joven es ser irresponsable y que se observa el futuro en el lejano horizonte. Sin embargo, la juventud del siglo XXI, está utilizando las Tecnologías de la Información (TICs), para responder a las diversas necesidades que actualmente necesitan respuesta.
Uno de los jóvenes que más ha impactado por su propuesta para limpiar los océanos, es Boyan Slat, que diseño un sistema que permite extraer las millones de toneladas de plástico que se encuentran en los mares.
Sin embargo, no todas las ideas deben transformar por completo nuestro mundo. Basta con encontrar soluciones a las problemáticas que tenemos en nuestra colonia, ciudad y país. Los modelos exitosos encuentran cabida en cualquier lugar.
Este día busca se apoyen las siguientes medidas para:
- Mejorar la participación de la juventud en las actividades de las Naciones Unidas, así como en la sociedad y en la toma de decisiones
- Desarrollar políticas en temas prioritarios como la educación, el empleo, el hambre y la pobreza, la salud, el medio ambiente, el uso indebido de drogas y la delincuencia juvenil
- Desarrollar canales de comunicación y cooperación entre organizaciones juveniles, agencias del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones juveniles intergubernamentales
El momento indicado para intentar cambiar es ahora. No existe mejor momento. Los jóvenes son el motor de la humanidad; el presente que transforma y abre nuevos paradigmas sociales.