El Centro Histórico de la Ciudad de México y su reconversión
Este 19 de septiembre es un día que obliga a la reflexión y al aprendizaje. Hace 31 años la Ciudad de México era azotada por uno de los mayores terremotos registrados en la historia de nuestro país. Cientos de testimonios e imágenes fotográficas nos recuerdan la desolación y el caos que dejó tras de sí aquel fenómeno natural.
Una de las zonas más afectadas por aquel temblor, fue sin duda el Centro Histórico de la Ciudad de México. Aquellas edificaciones que no se cayeron durante los dos temibles minutos que paralizaron a una nación, fueron afectadas en sus fachadas o bien, su estructura había quedado comprometida.
Conforme pasaron los días y los cuerpos de rescate dieron por terminado su participación, aún quedaban montañas retorcidas de cemento y varillas, de otrora edificios. Era el peor escenario posible para los habitantes del centro.
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La falta de infraestructura y de servicios públicos, obligaría a muchos de sus habitantes a abandonar su hogar. Como era de esperarse, el lugar iniciaría una etapa de deterioro que la volvería insegura, sucia, caótica y repleta de comerciantes ilegales que se adueñaron de los primeros cuadros del centro de la ciudad.
A pesar de las condiciones sociales que se vivían en la zona, el 11 de diciembre de 1987, el Centro Histórico de la Ciudad de México fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Era un reconocimiento al valor de sus 668 manzanas, que albergan más de mil quinientos edificios catalogados con valor artístico e histórico.
El padre de la Geografía Moderna Universal, Alejandro Von Humbolt, escribiría a su hermano una carta a finales del siglo XVIII, con el siguiente pensamiento: “Si tuviera que escoger otra ciudad donde vivir que no fuera Alemania, me quedaría a vivir en la Ciudad de México, no sólo por sus hermosos palacios, ni porque sus pobladores se han portado muy cálidos conmigo y que la he pasado tan bien, sino porque tiene una intensa vida científica y cultural de la que no teníamos noticias.”
En el año 2001, como parte de los trabajos para rescatar y reconvertir el Centro Histórico, fue constituida la Fundación Centro Histórico (FCH), para mejorar la calidad de vida de sus habitantes a través de estrategias sociales que incluían: generación de empleos, seguridad en los espacios públicos, servicios de salud y una amplia oferta cultural.
Uno de los principales participantes para llevar a buen puerto las acciones de mejoramiento de la zona fue el Ingeniero Carlos Slim, quien señalaría el principal objetivo del rescate del Centro de la Ciudad:
“No queremos un Centro Histórico recuperado, restaurado, sin vida, solo y abandonado. Menos aún, una majestuosa y gran pieza de museo llena de fantasmas. Tampoco que lo sintamos ajeno o remoto. Queremos recuperar el deterioro de tantos años y la destrucción de varios de sus inmuebles. Pero también conocerlo, vivirlo y sentirnos parte de él. Trabajemos para que más personas encuentren en el Centro Histórico un lugar estimulante para trabajar, estudiar, divertirse y vivir.”
Tras 15 años de iniciar la FCH, la revitalización sigue siendo una prioridad para el rescate del Centro Histórico. En el proceso de transformación se han reconvertido inmuebles de giros de bodega o abandonados, en nuevos espacios de vivienda, así como nuevos giros comerciales, educativos, de entretenimiento y de servicios complementarios. Durante los trabajos de recuperación de los edificios, participaron activamente el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes, historiadores de arte, restauradores, arquitectos y urbanistas, para retornarle al centro su antiguo esplendor.
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