Conservación de la Selva Lacandona en Chiapas

La Selva Lacandona, en el estado de Chiapas, es una región estratégica para México al ser la selva tropical húmeda más biodiversa del país que alberga el 15% de la flora, el 33% de las especies de aves, 11% de anfibios y reptiles, el 25% de los mamíferos, el 40% de las mariposas diurnas y el 13% de peces de agua dulce. Además, aquí se encuentran algunas de las últimas poblaciones viables de especies emblemáticas en peligro de extinción, como son el jaguar, el pecarí de labios blancos, el tapir centroamericano, la guacamaya roja y la tortuga blanca.

Asimismo, esta región constituye una zona prioritaria de recarga de agua dulce, ya que se encuentra en la Cuenca del río Usumacinta que, junto con la Cuenca del Grijalva, aporta 30% del agua dulce del país. En conjunto con las selvas de Campeche y Quintana Roo, y el Petén en Guatemala y Belice, forman el macizo forestal de bosque tropical húmedo de mayor tamaño en Mesoamérica, conocido como la Selva Maya.

Pese a su importancia, la Selva Lacandona se ha visto reducida a menos de una cuarta parte debido a la desordenada ocupación territorial de los últimos 70 años que ha provocado la pérdida de la cobertura forestal a causa de la deforestación para el establecimiento de actividades agropecuarias de subsistencia y, recientemente, para cultivos agroindustriales, particularmente las plantaciones de palma africana.

Ante ello, Fundación Carlos Slim, en colaboración con la organización Natura y Ecosistemas Mexicanos A.C. (NEM), se dio a la tarea de conservar los ecosistemas de la Selva Lacandona y de brindar alternativas económicas para las comunidades que ahí habitan. Sus acciones son implementadas en las áreas naturales protegidas de la Selva Lacandona, especialmente en la zona sur de la Reserva de la Biosfera Montes Azules (RBMA), así como en los territorios colindantes con la RBMA, en donde se encuentran los ejidos del municipio Marqués de Comillas. Cabe resaltar que en este municipio existen importantes remanentes de selva cuya función biológica y ecológica es estratégica por constituir espacios de conectividad ecológica.

 

Las intervenciones se dividen en cuatro grandes líneas de trabajo:

1) Conservación de la biodiversidad mediante la consolidación de las áreas naturales protegidas y la evaluación del estado de poblaciones de vida silvestre por medio de monitoreo participativo.

2) Restauración de ecosistemas y recuperación de especies en peligro de extinción.

3) Manejo sustentable de los ecosistemas naturales mediante el desarrollo de actividades productivas que generen empleos verdes e incluyentes, e ingresos adicionales para el bienestar social, y que, a su vez, disminuyen la deforestación.

4) Fortalecimiento de las capacidades locales, individuales y organizativas, y sensibilización ambiental.

Entre los principales logros de estas intervenciones se encuentran:

  • Mantenimiento de la integridad del ecosistema natural de casi 250 mil hectáreas de la RBMA, donde la tasa de deforestación en los últimos años ha sido muy baja.
  • Generación de conocimiento científico del estado de conservación de los ecosistemas de la Selva Lacandona y de las poblaciones de especies silvestres que ahí habitan. Así como el desarrollo de análisis de conectividad del paisaje, diseño de modelos de restauración ecológica y reforestación de varias decenas de kilómetros de riberas.
  • Incremento de la población silvestre de México de guacamaya roja (Ara macao) en 30%, mediante la vigilancia y el rescate de pichones en riesgo de saqueo, así como la colocación de 18 nidos artificiales. También, la puesta en marcha de un Centro de Recuperación de guacamaya roja con una asociación de jóvenes locales en Yaxchilán.
  • Elaboración colectiva y aplicación de instrumentos de conservación y planeación del territorio en Marqués de Comillas, como el Pago por Servicios Ambientales, que conservan 12 mil hectáreas de selva en dicho municipio y beneficia a 650 familias; el Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021 y el Programa de Fomento Ecoturístico de Marqués de Comillas.
  • Co-creación y acompañamiento de cinco empresas sociales vinculadas a la actividad ecoturística y al aprovechamiento sustentable de la vida silvestre que benefician a 152 socios, generan 120 empleos y conservan cerca de 5 mil hectáreas de selva. Además del diseño e implementación de otros proyectos productivos sustentables que se insertan como eslabones potenciales de cadenas de valor y refuerzo de la economía familiar, como cuatro huertos familiares, dos tanques de acuacultura con especies nativas, y seis criaderos de fauna silvestre.
  • Fortalecimiento de capacidades, tanto organizativas como de adquisición de habilidades, de más de 650 personas locales (incluidas mujeres y jóvenes) e involucramiento en acciones de sensibilización ambiental a más de 2,900 infantes.