Célebres personajes del Palacio de Lecumberri
Uno de los lugares más siniestros en la historia del México moderno es el Palacio de Lecumberri, mejor conocido como el Palacio Negro.
Construido con la finalidad de usarse como prisión, fue inaugurado por el entonces presidente Porfirio Díaz en 1900. Originalmente se tenía contemplado fuera un espacio para mil 400 presos, de los cuales la mayoría serían hombres y una pequeña cantidad de 180 mujeres ocuparían las crujías de la penitenciaría. Sin embargo, con el paso de los años su capacidad fue rebasada y llegó a alojar a más de 4 mil reos.
Uno de las primeras ‘celebridades’ en el Palacio Negro fue Pancho Villa, acusado por Victoriano Huerta de insubordinación y robo. Tras una serie de correspondencias con el presidente Madero, fue trasladado a la cárcel de Santiago Tlatelolco, de la cual escaparía.
En 1913 durante la Decena Trágica, el Palacio de Lecumberri se convertiría uno de los escenarios más obscuros de la nación, detrás de la prisión serían asesinados el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez.
Las autopsias de los cadáveres se realizarían en el anfiteatro de la cárcel.
Con el paso de los años, la prisión aumentaba su fama por ser uno de los peores lugares para estar preso. Las historias narradas por aquellos afortunados que eran liberados, dejaban ver que tras las rejas del Palacio Negro se vivía en el infierno.
David Alfaro Siqueiros ingresó a la cárcel en el año de 1959 como preso político. Su militancia comunista lo llevó a ser considerado como un peligro para los intereses de la nación. Sus años de encierro fueron los más prolíferos de su etapa artística. Siqueiros pide clemencia al poder y el presidente Adolfo López Mateos le devolvió su libertad.
Otro de los célebres personajes fue Ramón Mercader, asesino del político y revolucionario ruso León Trotsky.
Tras la matanza de estudiantes en Tlatelolco en el año de 1968, el escritor José Revueltas fue aprehendido por elementos de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) por los delitos de invitación a la rebelión, asociación delictuosa, sedición, daño en propiedad ajena, ataques a las vías generales de comunicación, robo, despojo, acopio de armas, homicidio y lesiones, por su participación en el movimiento estudiantil de 1968.
Ante la situación de Revueltas, el poeta Pablo Neruda escribió al presidente Gustavo Díaz Ordaz para exigirle su liberación. Es puesto en libertad dos años después de su encierro.
Durante muchos años la prisión fue operada por un régimen militar y pese a las terribles historias que se contaban sobre su interior, las autoridades mexicanas negaban todas las acusaciones y por ello, el presidente Miguel Alemán, permitió a la revista Time hacer un reportaje en su interior.
En 1977, José López Portillo empezaría la transformación del Palacio Negro a Archivo General de la Nación, inaugurado en 1982, conservando hasta nuestros días el mismo uso.