Automovilistas y ciclistas, una ruta hacia la cultura vial

En las principales ciudades del mundo el exceso de parque vehicular representa una serie de problemas para todos sus habitantes. Los congestionamientos pasaron de estar sólo en horas ‘pico’ a ser una constante en todo momento. Tan sólo en la Ciudad de México, en 40 años de vida productiva, una persona pierde aproximadamente 2.4 años atrapado en el tráfico.

Ante una falta de políticas públicas que orienten, ordenen y solucionen este problema, muchas personas han optado por medios alternativos y ecológicos de transporte como la bicicleta. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el fomento del transporte activo (en bicicleta y a pie) para la actividad física diaria es una medida que resulta beneficiosa para todos, ya que, además de promover la salud, puede tener efectos ambientales positivos, sobre todo si la práctica de montar en bicicleta o caminar se realiza en sustitución de trayectos cortos en coche.

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Actualmente algunos países han regulado la convivencia de los ciclistas y los automovilistas por medio de los reglamentes de tránsito. Incluso se han destinado carriles confinados en las vías principales para fomentar el uso de la bicicleta con la finalidad de crear una mejor cultura vial en las ciudades y disminuir las partículas de ozono que contribuyen al calentamiento global.

Se estima que en el mundo hay alrededor de mil millones de bicicletas.

Sin embargo, esta creciente modalidad de transporte ha derivado en nuevos escenarios de riesgo para todos los actores en la vía pública: principalmente los accidentes entre ciclistas y automovilistas representan un grave riesgo para los primeros.

A continuación revisaremos algunos factores que deben atender tanto el ciclista como el automovilista para evitar estar involucrados en un accidente de tránsito:

• Impactos frontolateral – este tipo de accidentes es el más común. Suelen generase cuando el ciclista circula por la derecha del automóvil y éste último realiza un giro sin poder verlo debido a que se encuentra en su punto ciego. Si vas en tu bicicleta, lo más recomendable es circular por el centro del carril, de esta manera el vehículo tendrá que quedarse atrás a adelantarse, teniéndote en cuenta para su próximo movimiento.
• Impacto lateral – el segundo más común y polémico porque en la mayoría de los casos, los involucrados argumentan que la culpa del otro. Este tipo de percances suelen ocurrir por distintos motivos, generalmente se debe a que el conductor no frena a tiempo cuando el ciclista se cruza en su trayectoria de manera inesperada, bien por exceso de velocidad de cualquiera de los dos vehículos o por una falta de visibilidad en el cruce.
  Este escenario está asociado a un exceso de velocidad y confianza. Lo más recomendable para ambos actores es reducir la velocidad en un cruce y verificar que se tenga la suficiente distancia para cruzar.

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• Puertas – tanto el piloto como el copiloto deben revisar a su alrededor antes de abrir la puerta. Este tipo de accidentes suelen ser menos comunes, pero el nivel de gravedad en las lesiones provocadas es muy alto. El ciclista debe conducir por lo menos a un metro de distancia de los vehículos estacionados o bien, si el espacio es reducido circular muy despacio para tener la oportunidad de frenar.
• Accidente por alcance a un ciclista: es poco común que suceda, pero las situaciones que llevan a alcanzar a un ciclista principalmente es por la falta de visibilidad. La experiencia y la precaución son tus mejores aliados.

Sin importar cuántas recomendaciones existan para evitar un accidente, la primera acción que todos deben tener en cuenta es la prevención. Conocer tu ruta, saber leer con antelación los movimientos de los otros actores y sobre todo, conducirte de forma cívica y ética.

Ten siempre en cuenta que los ciclistas tienen prioridad respecto a los coches. A la hora de efectuar un giro o entrar en un cruce, deberás esperar a que pase el ciclista. Y en el caso de que vaya en grupo, deberás dejarlos pasar a todos.

Fundación Carlos Slim en alianza con la iniciativa privada y autoridades gubernamentales, impulsa el programa Pilotos por la Seguridad Vial, que tiene como principal objetivo crear una cultura vial que permita salvar en México más de 60 mil vidas en lo que resta de la década. Además, se han impartido 457 conferencias a más de 112 mil 957 estudiantes de 252 instituciones de educación.