Regresar la vida al Centro Histórico – Fundación Centro Histórico
Aquellas personas que conocieron el Centro Histórico de la Ciudad de México, hace 15 años o más, podrían describir con una sola palabra el lugar: caos.
El ambulantaje reinaba sobre las banquetas y las fachadas de los recintos más importantes de la capital mexicana eran viejas fotografías dañadas por el tiempo y el abandono.
La falta de infraestructura y servicios públicos facilitó el crecimiento de la delincuencia. Los pobladores que por generaciones habitaron el primer cuadro de la Ciudad, tomarían una de las decisiones más difíciles: quedarse y sufrir las carencias que existían o abandonar el lugar en busca de una mejor calidad de vida.
Finalmente, con el crecimiento lógico de una gran ciudad, muchos de los habitantes del Centro dejaron el lugar que por generaciones llamarían hogar.
Durante años la situación no mejoró. Sin embargo, en el año 2001, el Gobierno del Distrito Federal, el ingeniero Carlos Slim Helú y el Gobierno Federal, vieron la urgente necesidad de revitalizar la alguna vez llamada por Alejandro Von Humbolt: la Ciudad de los Palacios.
Con el enfoque principal de darle vida al Centro Histórico, se llevaron a cabo alianzas estratégicas con diferentes sectores en el ámbito público y privado. Resultado de la suma de esfuerzos se creó la Fundación Centro Histórico (FCH), para apoyar a las personas que vivían y trabajaban en el centro de la Ciudad de México.
En entrevista con Adrián Pandal, director general de la Fundación Centro Histórico, señaló que los resultados en la revitalización en el Centro Histórico de la Ciudad, fueron la suma de voluntades y colaboración de varios sectores de la sociedad.
Evitar que las personas se fueran de la zona era una de las principales preocupaciones y ocupaciones. Se necesitaba trabajar en un desarrollo económico y social que fueran los cimientos para una buena calidad de vida.
“Se realizaron eventos para que la gente regresara al Centro Histórico: los últimos años estamos enfocados en trabajar con la comunidad y en las vecindades en la resolución de problemas de forma de violenta”.
Las principales acciones se enfocaron en áreas de seguridad, salud, educación, cultura e infraestructura.
En los primeros años se trabajó con las familias y en las escuelas para disminuir la violencia en todos los ámbitos, era necesario fortalecer una cultura de convivencia entre vecinos. Además, se impartieron cursos de capacitación para emplear a las personas en oficios como carpintería, panadería y uso de software en audio y video.
Uno de los programas en materia de salud que ha tenido mayor éxito es la Jornada de Salud Fundación Centro Histórico, que consiste en brindar servicios integrales de atención médica a todas las personas que asisten para una revisión como: consulta médica general, dental y optométrica; Medición Integrada para la Detección Oportuna (MIDO); pruebas de antígeno prostático; vacunación para adultos y mastografías para hombres y mujeres.
“Con Fundación UNAM, trabajamos para realizar exámenes de la vista y donamos lentes, lo mismo con temas bucales. Dependiendo lo que tengas, se te puede atender en el lugar o se te canaliza”.
Esplendor histórico
Tras 15 años de iniciar la FCH, la revitalización sigue siendo una prioridad para el rescate del Centro Histórico. En el proceso de transformación se han reconvertido inmuebles de giros de bodega o abandonados, en nuevos espacios de vivienda, así como nuevos giros comerciales, educativos, de entretenimiento y de servicios complementarios. Durante los trabajos de recuperación de los edificios, participaron activamente el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Instituto Nacional de Bellas Artes, historiadores de arte, restauradores, arquitectos y urbanistas, para retornarle al centro su antiguo esplendor.
“En la medida que mejoras la infraestructura, por ejemplo que exista mayor iluminación, se abren más negocios y existe un ambiente de seguridad”.
Este año las restauraciones del edificio Rule, ubicado sobre la avenida Eje Central, están por terminar.
Atrio de San Francisco
Llegar al Zócalo de la Ciudad de México es una experiencia surrealista. El cruce de Eje Central para llegar a la calle de Madero es el más concurrido en todo el país. Unos metros adelante, al pie de la Torre Latinoamericana, se encuentra el Atrio de San Francisco, un espacio que a través de diferentes expresiones artísticas ha cautivado a millones de visitantes.
“Era un espacio que estaba abandonado, lo recuperamos y hacemos exposiciones y eventos constantemente desde hace 12 años. Hemos traído esculturas del Museo Soumaya, de Auguste Rodin, Salvador Dalí, Juan Soriano y trabajamos con artistas contemporáneos”, comentó Adrián Pandal.
Actualmente se encuentra la intervención artística “Estructuras Comunicantes”, que invita al público que transita, vive o trabaja en el Centro Histórico, a formar parte de esta instalación compuesta de 45 estructuras comunicantes, que tiene como finalidad generar un lugar de juego.
Una vez que se termine la remodelación del edificio Rule, se comunicará con el Atrio San Francisco.
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