La tecnología revoluciona al PET
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Empresa mexicana que busca generar conciencia y responsabilidad ciudadana en materia de ecología a través de fomentar el reciclaje de PET y aluminio
En recientes fechas han empezado a aparecer unas máquinas peculiares. La empresa responsable es Bio Box, un proyecto donde la conciencia ambiental, la responsabilidad social, el fomento a talentos nacionales, la tecnología y estrategias de comunicación convergen para la recolección de plástico y aluminio por medio de un programa de recompensa al usuario para fomentar su uso.
En México no existía un programa práctico, sencillo pero sobre todo que premie al usuario por tener conciencia social y ecológica. Simplemente bastará con depositar los envases de plástico y/o aluminio a la máquina, la cual se encargará de comprimirlos y mandarlos a reciclar, incorporando al usuario en una suerte de recompensa a base de puntos canjeables para otros bienes y servicios.
Si bien aún no hemos visto mucha difusión del programa, ya hay en la Ciudad de México 14 máquinas que funcionan las 24 horas, los 7 días de la semana, las cuales se encuentran ubicadas en puntos de influencia social como: centros comerciales, parques y universidades.
Las máquinas Bio Box funcionan bajo un proceso que se puede especificar como un reverse vending machine (máquina expendedora a la inversa), es decir, en lugar de depositar dinero para obtener algún producto, aquí el producto es la “basura”, obtienes recompensa a cambio del mismo, mediante un monedero en el cual se acumulan puntos que se pueden utilizar para distintas compras en alrededor de 5,000 establecimientos. Esta empresa mexicana, pionera en esta iniciativa, ha creado alianzas estratégicas con diferentes empresas que se han sumado al cambio como: La Feria de Chapultepec, Green Carson, Fideicomiso Probosque de Chapultepec, Dr. Sonrisas, Hyperlogics Solutions Beyond, Back to Blank y PAYBACK, empresas comprometidas con hacer una reducción importante de residuos.
Este proyecto busca a finales de año que el usuario goce de mayores beneficios, en los que destacan la posibilidad de sumar 10 centavos a las tarjetas del Metro y Metrobús, como hizo el símil en Argentina. Quizá la recompensa puede ser poca, sin embargo hay personas que recurren a estas máquinas para ingresar decenas de envases, lo que les permite al menos comprar productos de la canasta básica, ayudando al ambiente y con lo que se genera una parte fundamental de consciencia social: la ecológica.
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