Jaguar mexicano podría habitar reserva natural de 35 mil hectáreas

Cuidar al Jaguar mexicano no radica en las acciones de una sola persona, organización, comunidad o gobierno. La cooperación y la suma de voluntades son fundamentales cuando se habla de preservar una especie.

Uno de los procesos más difíciles además de evitar la caza ilegal y la destrucción de su hábitat, es encontrar nuevos espacios naturales donde, en este caso, los jaguares puedan vivir en vida salvaje sin que sean molestados.

Actualmente las autoridades mexicanas trabajan en colaboración diversos organismos no gubernamentales e instituciones académicas para convertir 35 mil hectáreas del Ejido Laguna Om, en una reserva natural para el Jaguar.

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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), desde hace dos años ha realizado estudios en la zona para determinar el comportamiento de este animal en un corredor de vegetación natural ubicado entre las reservas de la Biosfera e Calakmul y Sian Ka´an, en Campeche y Quintana Roo, respectivamente.

El presidente del comisariado ejidal, Eduardo Reyes mencionó que, “Los resultados del trabajo académico permitirán pasar a un proceso para acceder a beneficios más directos para nuestra comunidad, visualizamos la posibilidad de conformar una de las áreas de protección al jaguar más grande de México”.

En este proceso estará asesorado y supervisado por la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) y la Procuraduría de Protección al Ambiente (PPA) de Quintana Roo.

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“Deseamos que nuestros jóvenes obtengan becas para prepararse como biólogos, guías de turismo sustentable y fotógrafos de la naturaleza, nuestra misión es conformar esta reserva natural y convertirla en un destino turístico al natural que permita generar recursos económicos”, añadió finalmente Eduardo Reyes.

Desde el 2005, la Fundación Carlos Slim y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), han trabajo de la mano para apoyar la estrategia nacional de conservación del jaguar y reducir el impacto de las actividades que lo amenazan, a partir de políticas compatibles con el desarrollo sustentable de cada región.