Día de Muertos

Las tradiciones son el alma de las culturas. En ellas encontramos nuestro pasado, presente y futuro. Las nuevas generaciones las revisten y adoptan con nuevas perspectivas que las modifican y adaptan conservando la esencia.

El Día de Muertos es una de las tradiciones de las culturas mesoamericanas más querida por las personas, porque permite el reencuentro entre aquellos que se han adelantado en el camino y nosotros, los que seguimos en este mundo.

Este 1 y 2 de noviembre las familias brindan alimentos y luz a nuestros seres queridos para que retornen a su hogar. La creencia nos dice que durante su visita por las noches, pueden encontrar en la ofrenda su comida y bebidas preferidas, así como dulces y fruta tradicional de esta época.

Existen dos tipos de ofrendas durante para este Día de los Muertos. Las tradicionales y las contemporáneas. Cada uno de ellas se expresa en distintas formas y representaciones, sin embargo, buscan ser un espacio de llegada y descanso.

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Además, la conmemoración de este día es ‘burlarse’ de lo inevitable en la vida, la muerte. Se escriben calaveritas en rimas y versos que se mofan de la muerte, en ellas todos somos víctimas de la Catrina por nuestras andanzas en la vida.

Hablando de la Catrina, esta figura es una crítica a la aristocracia mexicana, su creador fue Diego Rivera quien la pinto en su mural, “Sueno de una tarde dominical en la Alameda Central”. Anteriormente José Guadalupe Posada, había realizado un grabado conocido como “La Calavera Garbancera”, como una crítica a las personas de sangre indígena que pretendían ser europeos.

Si vives o estás de visita en la capital del país puedes ir a los museos Soumaya, Del Carmen, Carrillo Gil, Casa Estudio Diego Rivera y Casa del Risco, que se unieron para mantener viva la tradición y colocar ofrendas en sus recintos.