Ayuda humanitaria una respuesta que unifica naciones

Imagina por un momento que un temblor, un deslave, una inundación, un ciclón se llevan todo lo que tienes. Tu casa dejó de existir, el coche está inservible, sólo te queda la ropa que tienes puesta y tal vez, algunos objetos que puedas rescatar de los escombros.

Conforme pasan las horas, te das cuenta que necesitas comer, tomar agua y buscar un refugio para sobrevivir. Tu caso no el único, tus vecinos, amigos y familiares pueden estar en mejores o peores condiciones.

Las autoridades declaran estado de emergencia. La situación sobrepasa su capacidad para atender a todos los heridos y los daños que quedaron tras la catástrofe.

Este anuncio no es desesperanzador, al contrario, es un llamado de hermandad a la comunidad internacional y organizaciones civiles para sumarse y enlazar acciones de solidaridad y cooperación destinadas a auxiliar a la población que se ha visto afectada.

La ayuda responde a las necesidades básicas o de urgencia de la zona: hambre, hambruna, salud, reconstrucción de las infraestructuras tras un siniestro, educación, protección de la infancia y poblaciones desfavorecidas, construcción o saneamiento de las redes agua, construcción vías de comunicación entre otras.

Desde todos los rincones del planeta la ayuda llega en forma económica o material: donación de materiales y equipamientos, comida de primera necesidad y envío de profesionales que intervienen directamente en el lugar, llamados cooperantes.

Gracias a la suma de esfuerzos y voluntades tanto a nivel local como internacional, existe la seguridad y procedimientos para que la ayuda humanitaria llegue cuánto antes para auxiliar a todos aquellos que lo necesiten.

La mayoría de las personas aún recordamos el terremoto de  7.3 grados Richter, que azotó Haití en el 2010. De acuerdo con datos oficiales, se estima que 360 mil personas fallecieron y 350 mil quedaron heridas. Además, gran parte de la su infraestructura quedó dañada o destruida.

La situación superaba todos los estándares antes conocidos, literalmente un país había sido destruido por un terremoto.

La ayuda humanitaria no se hizo esperar, países de todo el mundo, la Cruz Roja Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), entre otros anunciaron el envío de dinero, alimentos, voluntarios, bomberos, expertos y hasta perros especializados en búsquedas para asistir a la población.

Fundación Carlos Slim, el presidente Bill Clinton y el filántropo canadiense Frank Giustra crearon un fondo de 20,000,000 de dólares para apoyar el crecimiento económico y desarrollo social en Haití, después del terremoto que afectó a esta nación hermana.

Fundación Carlos Slim opera el programa Ayuda Humanitaria con el fin de apoyar a poblaciones devastadas por desastres naturales en México y en naciones hermanas. A la fecha ha sumado una vasta experiencia que le permite brindar ayuda humanitaria directamente a la población, con oportunidad y eficiencia.