Conservación del Jaguar Mexicano

Con el objetivo de salvaguardar al jaguar mexicano y su hábitat, la Alianza WWF-Fundación Carlos Slim, ha trabajado con diversos actores en todos los ámbitos para encontrar nuevas soluciones a los principales problemas que amenazan a la especie como la caza ilegal y destrucción de su hábitat.

Omar Vidal, director general del Fondo Mundial para la Naturaleza WWF México, señala que “durante más de 13 años, la Alianza de WWF con la Fundación Carlos Slim, Telmex y Telcel, en colaboración con el Gobierno Federal y las comunidades locales, ha apoyado la conservación de muchas especies mexicanas en peligro de extinción… La estrategia nacional de conservación del jaguar de la Alianza es un ejemplo global de cómo los científicos, las comunidades, los tres niveles de gobierno, las ONGs y la empresa privada deben enfrentar las amenazas a la pérdida de biodiversidad”.

Además., en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), se han logrado los siguientes objetivos:

  • El 50 por ciento del trabajo de campo del Segundo Censo Nacional del Jaguar.
  • La identificación de 35 áreas naturales protegidas de carácter federal, con registros de jaguar, y que cubren 4.4 millones de hectáreas
  • La identificación de 2.5 millones de hectáreas que se planea decretar como reservas para contribuir a la conservación del jaguar.

Uno de los métodos a implementar para evitar la fragmentación de los hábitats del jaguar, es la creación de una red de 50 corredores biológicos, que permita la conectividad entre sus poblaciones. Alcanzando el 21 por ciento del territorio mexicano.

El jaguar es el felino más grande de América y en el país viven más de cuatro mil 400 jaguares. De ese total, la mitad se encuentra en la Península de Yucatán y al menos la cuarta parte de esa especie habita en la selva de Quintana Roo.

Desde el 2005, la Fundación Carlos Slim y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), han trabajo de la mano para apoyar la estrategia nacional de conservación del jaguar y reducir el impacto de las actividades que lo amenazan, a partir de políticas compatibles con el desarrollo sustentable de cada región.