La tecnología sin educación es obsoleta
Los avances tecnológicos han abierto una gama de posibilidades infinitas que fomentan el desarrollo social y colaboran para ofrecer a más personas una educación de calidad.
La actual tendencia digital, la han adoptado todos los gobierno del mundo. Buscando acercar a las escuelas las herramientas de última generación, para alcanzar mejores estándares educativos.
De acuerdo con el estudio EDUCAUSE, llevado a cabo en el 2015, se pueden lograr hasta un 80 por ciento de agilidad al incorporar herramientas de Tecnologías de la Información y la comunicación (TIC) en la formación. Sin embargo, el impacto generado hasta el momento se encuentra por debajo de lo esperado.
Los problemas que enfrentan las escuelas, es la falta de conectividad a internet o bien, los escasos servicios básicos como electricidad, vuelven imposible hacer uso de los equipos que llegan a recibir.
Además, existe una escasa de capacitación, preparación y entrenamiento por parte de la planta docente hacia el uso de las TIC, que limitan la aplicación de estas sus actividades académicas.
De acuerdo con un reporte de la UNESCO, hasta hace tres o cuatro años los países de América Latina que invirtieron en dispositivos para mejorar la educación se dieron cuenta de que la inversión en estos equipos per-se no ha mejorado la calidad educativa.
Para Eugenio Severin, consultor del organismo, “los países de nuestra región pensaron que invirtiendo en dispositivos tecnológicos y conectividad iba a resultar en cambios en la pedagogía, en la forma de trabajar de los centros educativos, al final nos hemos dado cuenta de que se requiere algo más que eso. La sola presencia de un mercado inundado por dispositivos no asegura cambios reales en las prácticas docentes y tampoco tiene impacto en la calidad de la educación”.
De acuerdo con el reporte de la UNESCO, en los últimos años ha habido una mayor preocupación de los gobiernos en el impacto de los proyectos de tecnologías de la información y comunicaciones sobre la calidad educativa.
Responder con medidas efectivas para solucionar la brecha digital en todas las áreas de las instituciones educativas, es prioritario para utilizar y aprovechar los recursos tecnológicos que ya se han invertido. De lo contrario, ninguna inversión económica en educación mostrará resultados positivos a corto, mediano o largo plazo.