Iniciativa Salud Mesoamericana un programa de todos y para todos
Los datos que podemos consultar sobre el trabajo realizado por la Iniciativa Salud Mesoamericana, reflejan las acciones emprendidas en las distintas áreas en las que se llevan a cabo los programas.
Sin embargo, también podemos encontrar testimonios de mujeres embarazadas que se han visto beneficiadas por las acciones de desarrollo social que se impulsan en sus comunidades.
Como la historia de Ana Gómez, quien sufrió una complicación durante el parto. Ella vivía en una comunidad de Chiapas, a tres horas en coche del centro hospitalario más cercano. Normalmente, en estas situaciones, Ana estaba condenada a morir junto a su bebé, sin embargo, una radio instalada en el dispensario médico de su aldea permitió dar aviso de urgencia al centro hospitalario. Cuando arribó al hospital, el personal médico y el quirófano estaba listo para atenderla de urgencia.
Una pequeña radio y un protocolo de emergencia bien coordinado y ejecutado permitieron salvar la vida de la madre y su bebé.
Uno de los objetivos principales del programa, es atender a cerca de 260 mil niños pobres con intervenciones de salud para reducir la desnutrición crónica.
Para Elizabeth Peralta, que vive en la región montañosa de Nicaragua, hace dos años tuvo una peligrosa experiencia al momento de dar a luz, por lo que se ha vuelto una mujer precavida. En aquella ocasión, inició su trabajo de parto de manera inesperada en su casa que se encuentra a varias horas en coche de la ciudad. Afortunadamente logró llegar al hospital y todo salió bien.
Ahora, a la espera de su tercer hijo, ha decidido trasladarse a la Casa Materna que el Gobierno de Nicaragua construyó junto al Hospital Pantasma, donde recibirá atención médica de calidad hasta el nacimiento de su bebé. Un sistema de vales le cubre de manera gratuita el transporte, la estancia y la comida.
Gracias a la iniciativa en los 7 países de Centroamérica y el estado de Chiapas se ha mejorado la disponibilidad de equipos médicos para la atención del embarazo, la capacitación del personal de salud, la disponibilidad de medicamentos para la atención del parto y la disponibilidad de vacunas y suplementos para el adecuado desarrollo nutricional de los niños.
El trabajo coordinado, la creación y correcta aplicación de los protocolos ante emergencias médicas, más una red local de voluntarios que realizan campañas de información en mujeres embarazadas han logrado que casos como el de Ana y Elizabeth, no sean parte de la estadística de mortandad materna e infantil, sino un ejemplo de cómo la suma de voluntades repercute directamente en quien más lo necesita.
Vía: El País