Comprender nuestro pasado es clave para entender el presente

¿Te imaginas despertar un día y que todo lo que conocías haya desaparecido? Que no conozcas tus orígenes o cuáles han sido los eventos históricos que han sucedido para vivir el actual presente.

No hay libros, archivos, pergaminos, códices, no hay nada que indique lo ocurrido en el pasado.

Puede sonar a ciencia ficción, pero a través de los siglos, la humanidad ha estado a punto de perder por completo el conocimiento de una época, civilización o cultura.

Tal vez, el acontecimiento histórico más conocido fue el gran incendio de la biblioteca de Alejandría, donde se estima se perdieron millares de libros y gran parte del conocimiento de la humanidad.

Si no hubiera quedado ningún vestigio de las antiguas civilizaciones, nuestro pasado sería ignorancia y el presente un cúmulo de incertidumbre.

Afortunadamente han sido más las personas que desean preservar el pasado para estudiarlo, comprenderlo y aprender él. Grandes museos, bibliotecas y centros de estudios se erigen por todo lo ancho del planeta tierra.

En ellos se preserva la historia de cada pueblo, sus costumbres más primigenias y las grandes personalidades que para bien o para mal marcaron el rumbo y destino de varias culturas.

En México la Fundación Carlos Slim, apoya al Centro de Estudios de Historia de México Carso (CEHM), que busca recuperar obras impresas y documentales concernientes a la historia de México, desde la época virreinal hasta nuestros días.

El CEHM, es un baluarte histórico para comprender la idiosincrasia del pueblo mexicano durante más de cinco siglos. En el conocimiento que ofrecen sus archivos, radica la importancia de salvaguardar para futuras generaciones el legado que se forja en el presente.

No sólo se han protegido documentos antiguos, en el año de 1972, la UNESCO, llevó a cabo la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, que surge tras la necesidad de identificar parte de los bienes inestimables e irremplazables de las naciones. La pérdida de cualquiera de dichos bienes representaría una perdida invaluable para la humanidad entera.