Carlos Saro, enfoque positivo ante la vida
Carlos de Saro, conferencista con síndrome de Down, es reconocido internacionalmente por distintas instituciones que definen los derechos de las personas con discapacidad intelectual, es miembro de varias organizaciones en Cuernavaca, Morelos.
Labora para las personas con discapacidad, enfatiza el hecho de que todos somos humanos, todos somos iguales y nacimos de un vientre materno de la misma manera, y las personas con limitaciones de ninguna manera deben de ser tratados de forma diferente.
A través de esta conferencia llevada a cabo en el Claustro de Sor Juana, en la Ciudad de México, quiere transmitir a las personas, miembros de Best Buddies, y que tienen alguna discapacidad intelectual, que “es de suma importancia tener autoestima para salir adelante”.
Mediante este mensaje, Saro quiere dar a entender que es fundamental conocerse a uno mismo, empezando por los sentimientos, pasando por los valores y finalizando por la auto realización. Carlos, identifica a los sentimientos como una definición concreta que no se puede controlar de forma voluntaria frente a una persona o situación, aparece desde un aspecto no racional de nosotros mismos, sin embargo, se puede tener una mayor conciencia de ellos y así poder ser cambiantes en nuestros estados afectivos.
En cuanto a los valores, Carlos explica que son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta, estos involucran sentimientos y emociones que posteriormente van a traer como resultado valoración en las personas.
La valoración ayuda a tomar decisiones, estimarnos a nosotros mismos y a los demás y a tener una correcta actuación al enfrentarnos a distintas situaciones.
Carlos de Saro, recalca que para tener una buena autoestima es importante que desde el núcleo familiar conformado por: papá, mamá y hermanos exista una comunicación funcional positiva donde se inculquen valores y haya aceptación de las personas con discapacidad mediante una buena educación desde los primeros años.
Para concluir, ofreció un mensaje donde afirma que hay que ser perseverantes a través de oportunidades que se puedan escalar de forma apasionada para poder lograr objetivos, nada es inalcanzable.
Finaliza enviando mensajes emocionales, “cómo hay que aprender a agradecer, a procurar al prójimo, a respetar a las personas y a la naturaleza, a vivir y disfrutar cada momento como si fuese el último, a ser honestos, a aceptar el éxito ajeno, a disfrutar de la vida, a dar ejemplo a los demás, a creer positivamente y a trabajar duro por nuestros ideales, ¡la vida es maravillosa y un regalo divino!”
Antes de terminar, se despide con una reflexión para todos: “No hay problemas, sino aprendizajes, en los que se viven oportunidades”.