Médicos de primer contacto deben estar capacitados para atender obesidad y sobrepeso

La capacitación de los médicos de primer contacto en técnicas básicas de modificación de conductas y de prescripción de medicamentos, es indispensable para la atención del problema de sobrepeso y obesidad, señalaron especialistas.

La presidenta de la World Obesity Federation (WOF), Donna H. Ryan, mencionó que se sabe que 10 por ciento de los casos de exceso de peso, se explican por el consumo de antidepresivos y algunos fármacos antidiabéticos.

En el marco del Simposio Internacional “Tratando la obesidad seriamente, acciones esenciales para su tratamiento”, mencionó que este es un problema multifactorial, en el que intervienen factores como hábitos, emociones, factores genéticos y otras circunstancias.

La presidenta de la WOF señaló que a pesar de los esfuerzos que realicen las personas con sobrepeso y obesidad, cuando logran perder algunos kilos, en dos años van a recuperar la mitad de lo que bajaron por cuestiones biológicas.

“Esto es por la biología, la fisiología del cuerpo que está luchando por ganar peso, porque una vez que una persona pierde peso, el cuerpo lo ve como un sufrimiento y no hay que culpar al paciente, es la biología”.

Asimismo, el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Simón Barquera, señaló que la obesidad y el sobrepeso son considerados una emergencia de salud pública en el país.

Para el funcionario, los médicos de primer nivel y contacto deben estar capacitados para saber dirigir a los pacientes, ya que muchas veces ignoran el tema del sobrepeso y obesidad, aunque una persona acuda constantemente a atenderse por padecimientos relacionados con esa condición.

Fundación Carlos Slim a través del modelo integral CASALUD, busca solucionar los retos más apremiantes en materia de Salud Pública en México, identificando de manera oportuna enfermedades crónicas no transmisibles como: diabetes, hipertensión arterial, obesidad y cáncer. A través de la reingeniería de los servicios en los centros de salud de primer contacto.

Mediante el desarrollo de la Medición Integrada para la Detección Oportuna (MIDO®), se ha establecido un protocolo de tamizaje de cinco factores de riesgo: peso, presión arterial, glucosa, colesterol y función renal. Para determinar el estado físico de las personas e identificar si padecen alguna enfermedad no transmisible.