Himno Nacional Mexicano

Un día como hoy pero de 1854 se declaran a Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó Roca como triunfadores del concurso del Himno Nacional.

La primera vez que se cantó el Himno Nacional fue en 1854, en el Teatro Santa Anna, donde ahora se encuentra el Palacio de Bellas Artes. No fueron mexicanos los primeros intérpretes, ya que se contrató a una compañía de ópera italiana para el estreno.

El entonces presidente Manuel Ávila Camacho decretó que el Himno se volviera oficial en 1943, cuando se decidió eliminar las estrofas II, III, IV, VII, VIII y IX de la letra original. Dos de ellas hacen referencia a Santa Anna y a Iturbide, personajes que terminaron por ser repudiados.

Durante el primer centenario del Himno Nacional, Correos de México emitió una serie de estampillas alusivas, y 13 mil niños y jóvenes cantaron el Himno en el Zócalo de la Ciudad de México.

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Se modificó la ley para que pudiera ser traducido a varias lenguas indígenas entre las que se encuentran: maya, náhuatl, mixteco, tepehuano, chinanteco, teenek (huasteco), hña hñu (otomí), entre otros. También existe una versión en bajo alemán, la lengua hablada por los menonitas.

El Himno sólo puede cantarse en actos oficiales, cívicos, culturales, escolares o deportivos y debe ser interpretado por una orquesta, banda sinfónica, a capela o con voz y piano, únicamente.

A pesar de ser considerado uno de los himnos más bellos del mundo, el Himno Nacional Mexicano tiene una naturaleza violenta y bélica. Por el tiempo que se vivía en la época de su composición, invitaba al pueblo a luchar y a combatir en defensa de su nación.

Francisco González Bocanegra murió a la prematura edad de 37 años, a causa de una epidemia de tifo. Asimismo, Jaime Nunó, murió en Nueva York el 18 de julio de 1908. En octubre de 1942, el gobierno mexicano mandó exhumar sus restos para trasladarlos a la Rotonda de las Personas Ilustres ubicada en el Panteón Civil de Dolores de la Ciudad de México, donde aún reposan junto con los restos de Bocanegra.

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