Biodiversidad mexicana oculta bajo el agua

En una profunda cueva en Texas, fueron hallados ejemplares del raro bagre ciego mexicano, el cual se sabe sólo existe en algunas partes del norte de México. Este hallazgo pone en la mesa la posibilidad de que los dos países estén unidos a través de cavernas subterráneas.

La Universidad de Texas en Austin, informó en un comunicado que un par de pequeños bagres fueron recogidos por un equipo de especialistas y reubicados en el zoológico de San Antonio.

Este hallazgo da pie a la teoría de que las cuevas llenas de agua por debajo del Río Bravo pueden conectar las partes del acuífero entre Texas y México.

El espeleólogo del Servicio Nacional de Parques en la Amistad, Jack Johnson, dijo que vio por primera vez algunos de estos peces en abril de 2015. Los bagres ciegos mexicanos son de color rosa pálido debido a que su sangre puede ser vista a través de la piel traslúcida; habitan exclusivamente en aguas subterráneas; miden cerca de 7.6 centímetros de largo y habitan sólo en áreas apoyadas por el acuífero Edwards-Trinity que subyace en la cuenca del río Bravo en Texas y Coahuila.

Fue descrito en 1954 cuando se encontró por primera vez en los pozos manantiales cerca de la comunidad de Múzquiz, en Coahuila.

Los animales cavernícolas son fascinantes dado que han perdido muchas de las características que nos son familiares en los animales de superficie, como los ojos, la pigmentación de camuflaje, la velocidad”, dijo el biólogo Peter Sprouse.

Ellos han encontrado un nicho ecológico donde no hacen falta ninguna de esas cosas, lo que les ha permitido desarrollar habilidades extrasensoriales”, agregó.

Los peces aún no están a la vista pública, son mantenidos con vida en una instalación especial diseñada para dar cabida a las especies de cuevas y acuíferos en el Departamento de Conservación e Investigación en el zoológico de San Antonio.

La importancia de este hallazgo, nos obliga a la reflexión sobre la necesidad de proteger nuestros ecosistemas. La destrucción de los hábitats naturales nos limitará a no poder conocer especies ‘escondidas’ como el bagre ciego mexicano que viven en los lugares más recónditos del planeta.